domingo, 30 de junio de 2013

Tabulé fruto de un asalto


La vida definitivamente está hecha de casualidades, o bien podemos llamarlo destino, o bien es que Dios, como dijo Einstein, juega a los dados con el Universo. No es que hayamos vuelto a ver el principio de Magnolia, la fabulosa película de Paul Thomas Anderson, que también. En esta ocasión, lo que nos ha llevado a reflexionar en plan cuántico es una simple sémola de trigo. Os cuento: llevábamos tiempo queriendo preparar un tabulé, porque hay uno en particular que nos gusta mucho y queríamos imitarlo. Se trata del que hacen a veces para el menú del día del Pikadura café, en la Explanada de Alicante. No me preocupa hacerles publicidad porque son amiguetes, pero no me acababa de atrever a pedirles la receta, así que se fue quedando en la lista de pendientes y casi la había olvidado.

Pero un buen día de finales de primavera, una simpática bloguera granadina, Conchi, del blog Gastro andalusí, pensó dinamizar la red cocinillas del país con un reto llamado el asaltablogs, al que nos apuntamos sin dudarlo porque nos pareció una idea fantástica. Se trata de que todos asaltemos a la vez un blog, le robemos una receta y la publiquemos el mismo día, a la misma hora. ¿No es una idea brillante? Como EL TIO PEP está hecho de robos perpetrados con más o menos acierto, no podíamos resistirnos a participar. 

Mientras tanto, o mejor dicho unos meses antes, en la hermosa región de Murcia, un simpático bloguero llamado Raúl bajó un día a la tienda del señor árabe de su barrio a comprar cus cus y se volvió a casa con una receta de tabulé y unas mezclas de especias muy especiales. De la primera hizo un remix con sus primeras pretensiones, le salió buena y la publicó en su blog. El blog se llama Contigo en la playa, y es el blog que casualmente fue elegido por Conchi para ser el primer asaltado. Total, que mucho tiempo después yo he conseguido imitar e incluso superar mi tabulé favorito gracias a la cósmica unión de una bloguera granadina, un bloguero murciano y un señor árabe que a saber qué avatares habrá vivido hasta llegar a la huerta del Segura. ¿No es apasionante? Para que luego digan que el destino no existe, aunque sea escondido en un bol de ensalada.

Pues sí, aquí está el fruto de nuestro asalto, procedente de esta receta de Tabulé del blog de Raúl. Aparte de la presentación hecha con idea de ser originales, no tiene mayores cambios.Os recomiendo, eso sí, que os paséis por Contigo en la playa, porque todas sus recetas son fantásticas y muy sencillas, y el sitio es agradable de ver y de leer, con un toque vintage, como de película de Eric Rohmer (no sé si es casual la referencia a su film Pauline en la playa, pero yo lo meto por si cuela). También es una pasada el blog de la organizadora de todo este tinglado, Gastro Andalusí, a la que agradecemos desde aquí la dedicación y el currele que se ha pegado. 


viernes, 21 de junio de 2013

Escalivada AKA rostit

Hoy llega oficialmente el verano, ya estamos a las puertas de San Juan, la gente se ha tirado a las playas y encima vamos a tener luna llena. Para más inri, aquí en Alicante estamos en plena fiesta grande. Nuestras hogueras (a las que aprovecho para invitar a todos nuestros lectores) son un despliegue de luz, color, pólvora, ruido y fiesta que se vive en las calles. Así que, ya sea por reminiscencias licántropas (echadle un ojo al enlace, merece la pena como ejemplo de la creatividad alicantina, ya que estamos haciendo patria), o por las aglomeraciones en las mascletás o simplemente por el calor, la ropa ligera y la longitud de los días, estamos todos un poco más nerviosetes de lo normal, como con la temperatura de la piel un par de grados más elevada. Yo por lo menos estoy un pelín deshasosegado, como Iñaki en este ninot, perdonadme el detalle procaz.

Sea como sea, el cuerpo agradece estos días comida ligera y refrescante, fría y con pocas complicaciones. Y encima si se puede preparar con antelación y es transportable, pues mejor. Esta opción de hoy es perfecta para cenar en la playa antes de ponerse a saltar hogueras, y en Alicante para llevarla al racó (combina perfectamente con la coca amb tonyina, un must alicantino que os prometí pero con el que no acabo de atreverme). En mi casa se le ha llamado toda la vida rostit (literalmente "asado"), pero el nombre canónico debería ser escalivada, pues está claramente muy entroncado con esta preparación de raigambre catalana. El único secreto es vigilar el horno para conseguir ese punto de cocción ideal en el que las cebollas ya no están duras pero la berenjena no se ha chumascado. Los Josedavides que nos lean nos dirían que lo que hay que hacer es asar por separado cada cosa, y podéis hacerlo cuando tengáis mucha cantidad, pero a mi me gusta hacerlo todo a la vez para ahorrar tiempo, energía, y tener cada cosa con un puntito diferente de cocción le da un toque muy interesante. Bruto que es uno.