La cocina da para muchas metáforas en la vida, como sabrá cualquiera que le guste un poco este rollo de los fogones. Viendo las noticias de las últimas semanas, constato, por ejemplo, que la gente que tiene miedo de según qué combinaciones en los ayuntamientos es la misma que se pone un poco tensa con según qué mezclas culianrias. Gente del rollo "uy dulce y salado junto, que horror". La réplica es muy clara desde el punto de vista cocinillas, ya que es muy fácil constatar cómo un ingrediente por si solo puede ser fantástico (ayayay un buen filete vuelta y vuelta), pero los hay que en combinación con otros desarrollan todo su auténtico potencial y pueden convertirse en una experiencia irrenarrable. La cuestión es encontrar la combinación correcta, pero para eso hay que tener un poco de osadía y optimismo...vamos, que la metáfora está clara.
Eso es justo lo que le pasa a la mozzarella fresca de la receta de hoy. Decimos la receta de hoy pero ni siquiera es una receta, aunque de alguna manera es un tripartito. Es juntar dos ingredientes, machacar y remover, y añadir un tercero. Bueno, también hay que tostar rebanadas de pan. Un problemón, vamos. El problema lo tendremos nosotros para llegar a los diez pasos. La bruschetta no tiene nada que ver con una brocheta, aunque por el nombre pueda parecerlo. En Italia es un aperitivo muy popular que consiste, básicamente, en rebanadas de pan tostado en el horno con un poco de aceite, al que se le pone algo por encima, normalmente algo fresco. Nosostros en esta ocasión hemos fusilado una preparación que nos comimos una vez por gentileza de nuestros amigos Jordi y Mar, dueña del fantástico blog amanoyamaquina, aunque ellos usaron queso crema en lugar de fresco. Es casi un untable que podría encajar en nuestra sección dipeando que es gerundio. Ahora bien, nosotros, con el calor que hace, hemos preferido usar la tostadora antes que el horno, aunque el resultado óptimo se obtiene con este último. Les damos las gracias desde aquí, y nos ponemos al lío, que no es tal. Sólo una cosita más: queda mejor de textura hecho a mano en el mortero, y como el queso es blandito no cuesta nada, pero podéis usar la batidora.