viernes, 1 de febrero de 2013

Presuntas galletas sablé de chocolate

Hay ocasiones, como por ejemplo hoy, en las que uno tiene un poco la sensación de ser algo parecido a la orquesta del Titanic. Ya sabéis, esos músicos que siguieron tocando valses, mazurcas y polkas mientras el barco que se consideró insumergible se hundía sin remisión. La imagen es bien potente: todo se desmorona alrededor y nosotros nos ponemos a hacer galletas, vestidos para la ocasión con un impecable mandil a lo Betty Draper, inconscientes de que la nada acabará también por devorarnos. ¿Hay como una especie de negación de la realidad, de escapismo, de superflua superficialidad en todo esto? ¿Es por esto el boom de la pastelería cuqui-mari, cupcakes y derivados? ¿Tiene que ver con las hordas de yonquis de la butter-cream (hay que decirlo en inglés, darlings) que pululan por nuestras ciudades? ¿Es el pensamiento positivo (del tipo "si la vida te da limones, haz limonada") una forma de adoctrinamiento?  

Algo de eso hay, pero el caso es que si nos tiene que pillar hoy el apocalipsis, nos pillará haciendo galletas. Concretamente, estas de chocolate elaboradas con masa sablé, que llamamos presuntas porque buceando por la red hemos encontrado muchas variantes de esta masa de origen francés especialmente mantequillosa. Son una especie de pastas de té que están riquísimas y que, en las proporciones que indicamos son perfectas para los más chocolateros. Si queréis suavizarlas, tenéis que reducir el cacao y añadir harina. También podéis añadir azúcar, y en muchas versiones (la canónica para base de tartas con frutas, por ejemplo esta, del blog de nuestro admirado Comidista) se añade levadura, que supongo que abizcochará el resultado, cosa que será mejor para raciones más potentes. Por lo demás, sólo un consejo: si queréis utilizar moldes molones con formas bonitas, es mejor que la masa esté bien fría. Si el trabajo de rodillo se hace largo y las ablanda, podéis incluso darle un golpe de frigorífico a las galletas ya cortadas antes de hornear. Bastarán veinte minutos. Así evitaréis ese pequeño cuarteado que se aprecia en las fotos.
   
 



Con cacao, las penas son menos penas, así que vamos allá:

Ingredientes (dependiendo del tamaño, unas dos docenas):

270 g de harina.
30 g de cacao puro en polvo.
200 g de mantequilla a temperatura ambiente.
100g de azúcar. 
2 yemas.
25cc de leche.
Azúcar glas.

Preparación:

1. Pon música y tamiza y mezcla bien la harina y el cacao. Resesrva.
2. En un bol grande mezcla la mantequilla y el azúcar. Mezcla bien.
3. Añade una yema e incorpórala a la mezcla de 2. Haz lo mismo con la segunda yema.
4. Añade un chorrito de leche.
5. Incorpora los ingredientes secos de 1 en tandas, amasando hasta que estén bien integrados.
6. Envuelve la bola resultante en papel film e introdúcela en el frigorífico durante, al menos, una hora.
7. Enciende el horno a 200º. Prepara una placa del horno con un papel de hornear.
8. Aplana la bola de 7 entre otros dos papeles de horno, utilizando el rodillo, hasta dejarla de medio centímetro aprox.
9. Corta las galletas con un cortador y ve poniéndolas en la bandeja del horno.
10. Hornea 12 minutos a 180º. Deja que se templen unos minutos y acaba de enfriarlas en una rejilla. Opcionalmente, espolvorea azúcar glas por encima.


2 comentarios:

  1. Ay, qué buenas, qué buenas, qué buenas. Y yo queriendo perder dos kilos. Me guardo el enlace para momentos de optimismo.

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  2. Bueno, una galleta de vez en cuando tampoco debe ser muy problemática, verdad?

    Gracias por los piropos a las galletas y por pasarte a comentar!

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