Se dice que Charles Chaplin, famoso por su perfeccionismo, hizo una vez que una actriz repitiera un total de 332 veces una toma en la que sólo tenía que decir "¿una flor, señor?" hasta que se quedó completamente satisfecho. Lo más fuerte del caso es que se trataba de una película muda, en la que la dichosa frase ni siquiera iba a escucharse, el espectador sólo vería mover los labios a una florista mientras le tiende una flor a un vagabundo. Nosotros, ni por asomo somos tan perfeccionistas como Chaplin, pero algo de su afán repetidor de tomas nos vino a la cabeza cuando nos propusimos adentrarnos en la moda del mugcake (dicho en castellano, bizcocho a la taza) que está poblando las redes últimamente. Como es una receta cuyo principal mérito es que se hace muy rápidamente, se presta a ser repetida una y otra vez hasta que las proporciones y el tiempo de horneado (en este caso microondeado) sea el óptimo para lograr los mejores resultados posibles.
Como base hemos tomado la receta de mugcake de colacao de Ángeles, del blog Healthy and Tasty, al que nos toca asaltar este mes, y que ella misma ya le chorizó en su día en un salvaje asalto perpetrado a las cocinas de Cuuking. Sea como sea, a nosotros se nos quedó riquísimo en cuanto rebajamos considerablemente los tiempos, y rebajamos un poco la cantidad que añadimos en cada taza (que finalmente llenamos hasta poco más de la mitad) El caso es que cada uno tiene que ir probando porque los microondas, sobre todo si, como el mío, ya tienen unos años, cocinan un poco como les da la gana. Una buena idea es darle la vuelta a la taza (ojo me refiero a poner el asa mirando al otro lado, no a ponerla boca abajo) a mitad de cocción, para el efecto desnivelado sea el menos posible. Por lo demás la gracia es que medimos en cucharadas, sin demasiada precisión, y los resultados son tan irrepetibles como los clásicos inmortales que dirigió Chaplin, al que sólo por eso le perdonamos que fuera tan perfeccionista. Eso sí, no sabemos si la pobre actriz pensó lo mismo entonces.