Guinness cheese-frosted (or not) cupcakes

O lo que es lo mismo, magdalenas de cerveza negra con cobertura de queso crema, o no. Pero no me negaréis que, ya que nos ponemos en plan cuqui-mono, no es más chuli dejar el título en inglés, osea. 

Ya sé que he despotricado contra la moda cupcakera en más de una ocasión, y sigo siendo un detractor de la pastelería que se come (solamente) por los ojos. Las tartas escultóricas que más parecen figuras de lladró que pasteles (que son, perdonadme la osadía, incomibles y ni siquiera son bonitos, en la mayoría de los casos) ocupan el primer puesto en mis manías. No puedo sino reconocer el mérito en horas de trabajo que llevan, pero no son cosas para comer sino para admirar. Y hacer pastelería en casa con productos químicos propios de la pastelería industrial me parece ya un despropósito del tamaño de la provincia de Cuenca ¡Abajo el fondant!

Bueno, dicho esto, os preguntaréis qué narices hago publicando una receta de cupcakes. En primer lugar, tienes que abrir una lata de cerveza negra para hacerlas, cosa que refuerza tu yo menos cursi porque solo usas la mitad, y algo tienes que hacer con el resto. Más allá del chascarrillo, esta masa de intenso sabor a cacao tiene una textura estupenda y está deliciosa. Para acabar de quitarnos el sentimiento de culpa, nuestro frosting no incluye mantequilla y le ponemos un copete más bien comedido, escaso para los adictos a la glucosa. También podemos prescindir de él, pero le da un toque muy especial, y el resultado es de un elegante blanco y negro que parece que en lugar de tomarte un pastelillo estés metido en una comedia sofisticada del hollywood clásico. 

La receta está más que documentada en la red, pero parece ser que la autoría se atribuye generalmente a la sin par, televisiva y británica Nigella Lawson. Yo tomé las proporciones de esta publicación del blog Mar entre fogones, y  lo único que hemos adaptado es el tiempo del horneado al tamaño pequeño de nuestros pasteles individuales, magadalenas, cupcakes o como queráis llamarlos.

Ingredientes (dos docenas, aprox)

Para las magdalenas:

250 ml. de cerveza Guinness
250 gr. de mantequilla
350 gr. de azúcar
75 gr. de cacao puro en polvo (Valor)
250 gr. de harina de fuerza
20gr. de bicarbonato
140 ml de nata liquida para montar
2 huevos
1 cucharadita de esencia de vainilla

Para la cobertura (o frosting):

Entre 200 y 300 gr de queso crema (yo pongo 300, con 200 es más dulce y suave)
150 gr de azúcar glass
200 ml nata para montar

Preparación:

1. Pon música y enciende el horno a 200º. Saca el queso crema de la nevera.
2. En un cazo, mezcla la mantequilla y la cerveza. Pon al fuego hasta que la mantequilla se funda y todo se mezcle, sin que llegue a hervir. Reserva.
3. Tamiza en un bol la harina, el cacao, el azúcar y el bicarbonato. Mezcla a conciencia hasta que tenga un color uniforme.
4. Bate en otro recipiente los huevos con la nata y la esencia de vainilla.
5. Añade 2 a 4
6. Añade poco a poco, batiendo, los ingredientes secos de 3 a la mezcla líquida de 5 (quedará bastante líquido, no problem, es como debe ser)
7. Coloca cápsulas de papel en moldes de magdalena, rellénalos con 6. Hornea aprox 20 min a 180º o hasta que estén hechos (ya sabes, cuando les hinques un palillo y salga seco). Deja que se vayan enfriando sobre una rejilla.
8. Para el frosting, monta la nata y reserva (para montar nata, ya sabes, todo muy frío, recipiente, nata y varillas)
9. Bate a conciencia el queso crema con el azúcar glass. Añade la nata montada con cuidado de que no se baje, con movimientos envolventes. Si no tienes prisa, déjalo en la nevera un rato antes de proceder a adornar las magdalenas.
10. Disfruta de su textura aterciopelada, su intenso sabor a chocolate y la cremosidad del frosting. Millones de malenis no pueden estar equivocadas.