domingo, 29 de septiembre de 2013

Asalto de septiembre: Macarrones Norma

Lo que viene siendo meterse en un berenjenal

Nunca he sabido exactamente qué aspecto tiene un campo plantado de berenjenas, pero siempre me lo he imaginado extraordinariamente frondoso, enmarañado y difícil de transitar. ¿Por qué si no iba la sabiduría popular a elegir justo esa plantación y no otra para referirse a meterse en un buen lío? Os podemos asegurar que habíamos pensado hace tiempo en esta receta de pasta con berenjenas para el reto asaltablogs de septiembre pero nos viene al pelo ahora que mezclar pasta y berenjenas es tendencia a raíz de las desafortunadas (por no decir impresentables) declaraciones de Guido Barilla sobre la no presencia de familias homosexuales en la publicidad de su marca. Dicho de otro modo, este señor se metió el otro día en un berenjenal de dimensiones monstruosas. Resumiendo, vino a decir que su pasta es solo para gente tradicional de toda la vida, que mariconadas las justas y que al que no le guste que se vaya a comprarle a otro. Según parece le están (estamos) haciendo bastante caso. A estas horas todavía no hay noticias de que Guido haya podido salir del bancal de berenjenas. Y ayer por la tarde la pasta de su marca estaba rebajada en Mercadona. ¿Coincidencia? No lo creo.

De cualquier forma, hoy venimos con esta receta de origen siciliano cuyo nombre homenajea a la ópera de Bellini y que es fruto de nuestro asalto al blog Cocina con Angi, que os recomendamos visitar porque además de tener recetas estupendas es muy agradable de ver y leer. Hemos cambiado un poco el procedimiento, mezclando la receta de Angi con esta de Giallo Zaferano, que es donde vamos nosotros a ver recetas de cocina italiana tradicional. En cuanto a la lista de ingredientes, no hemos tenido tiempo de buscar ricotta salata, así que hemos puesto mozzarella fresca, y la albahaca la hemos puesto de uno de esos tubitos de hierbas frescas envasadas en aceite que nos apetecía probar. Debo decir que ambas cosas fueron un acierto. La mozarella es suave y refrescante. La albahaca de tubo es muy superior a la seca de bote y es muy práctica, aunque lo mejor sigue siendo tener una planta en el balcón. 



Venga, basta de rollos, vamos a la receta:


viernes, 20 de septiembre de 2013

Tarta Sacher, más o menos.

Fotogénica sí es.

Como no todo puede ser chanza y cachondeíto, hoy nos toca lección de historia en EL TIO PEP. Y es que la cosa va de clásicos. Porque pocas ciudades europeas están tan unidas a ese apelativo como la ciudad de Viena, dónde hace más o menos doscientos años se inventó esta tarta que todos habréis oído nombrar y que hoy traemos aquí: LA SACHERTORTE (tarta Sacher). Una receta con nombre propio, con historia detrás y con un merecido prestigio. El cuento (wikipedia dixit) es más o menos así: En la Viena imperial de principios del siglo XIX, un príncipe poderoso quiere agasajar a un grupo de selectos invitados, y a uno de sus sirvientes, un joven aprendiz de repostero, deseoso de abrirse camino, se le ocurre colocar una fina capa de confitura de albaricoque entre dos planchas de bizcocho, y cubrirlas con una deliciosa cobertura de chocolate negro. Años después, el joven aprendiz se ha abierto camino y tiene su propio negocio, una tienda de vinos y delicatessen. Es entonces cuando un hijo suyo entra a trabajar en la prestigiosa confitería Demel, y empieza a preparar la receta de su padre, cosa que le encanta a sus jefes, los señores Demel. El muchacho, que ha heredado las ganas de medrar, acaba fundando su propia empresa, un coqueto hotel donde el postre estrella es, como no, su ya famosa tarta. Y claro, ya está el lío. A mediados del siglo XX la cosa llegó a pleito y los herederos de Demel y los de Sacher se pelearon por el derecho a utilizar el nombre, y la justicia dictaminó que el nombre es un poco de todos, pero que sólo los herederos de Sacher, que aún son los dueños del Hotel, podían llamar a su tarta "original sachertorte"

Esto no tiene mayor importancia más allá de la curiosidad histórica. El caso es que es una tarta muy rica y no demasiado complicada. Nosotros la hemos hecho nuestra, con un relleno de melocotón, que es lo que está acabando su temporada ahora mismo, un poco menos dulce y un poco menos fino de lo que sería adecuado en los salones vieneses, con trozos de melocotón y el regustillo refrescante y ácido del limón. Pero chica, Sissí, tampoco pasa nada si te encuentras un trozo de fruta y te toca (oh cielos) masticar un poquito. El relleno (no me atrevo a llamarlo confitura) está adaptado de nuestra receta de Tarta de Cerezas de Twin Peaks, y el resto de la receta está extraído de esta del siempre solvente blog Webos Fritos. Que nos perdone Herr Sacher!

Venga, vamos allá:

martes, 17 de septiembre de 2013

Dipeando que es gerundio (II): Tzatziki

¿Por qué lo llamarán Salsiqui?

Retomamos después de meses (sí, está claro, la constancia no es nuestra mayor virtud, ni la regularidad) la serie de salsas espesas especialmente adecuadas para presentar con unos aperitivos y quedar bien con un esfuerzo que tiende a cero. Si en la primera entrega nos decantábamos por el Hummus de garbanzos, que ya es casi un clásico, hoy nos vamos a Grecia para presentar este Tzatziki, que seguramente podría horrorizar a nuestros amigos griegos, como a nosotros nos horrorizan las paellas que se ven por el mundo. Aunque bien pensado, bastante les ha llovido encima a los pobres como para preocuparse porque un español al otro lado del mismo continente y de la misma crisis se equivoque con los ingredientes o las proporciones de una salsa suya. En todo caso, espero no ser asaltado en sueños por vengativas señoras vestidas de negro gritando "croña que croña!!!!". Y por favor, que me perdonen el recurso al tópico los griegos y griegas que puedan leer esto. 

El caso es que hacen falta sólo cuatro cosas para hacer esta receta refrescante y potente a la vez, aunque algunas recetas añaden hierbas y especias. La diferencia la marca la proporción de ingredientes y el nivel de triturado de los mismos. Para un dipeo, nos conviene que haya bastante pepino y que esté bastante grueso, así que nosotros tiramos de mortero y no de batidora, pero si os gusta más finolis, vosotros mismos. Lo más importante, sea como sea, es sacarle la mayor cantidad de agua posible al pepino antes de incorporarlo a la salsa. Aquí tenéis nuestro método pero hay muchos otros. La verdad es que nos quedó genial.  El tzatziki combina a la perfección con los típicos bastoncitos de verduras crudas o con chips de bolsa para los irredentos procalóricos. Pero eso sí, la mejor forma de tomarlo es con triangulitos de pan de pita, como explican en el blog  Hoy cocino yo. Venga, basta de teoría y vamos a ponernos.


sábado, 31 de agosto de 2013

Asalto de agosto: Croquetas de pavo y nueces, con curry


¿Monumento a la croqueta?

La verdadera belleza está en el interior

La croqueta es una de las cumbres gastronómicas de la cocina del día a día. Una combinación nada sencilla, si nos fijamos, de técnicas y procesos culinarios. Primero hay que hacer el sofrito, ligarlo con una bechamel, dejar la masa enfriar, porcionarla, empanarla, freírla...es decir, hacen falta muchas conexiones neuronales o muchos milenios de perfeccionamiento para inventar algo así. El símbolo perfecto de la civilización humana es, pues, la croqueta. Y es que todo esto culmina en un bocado que, cuando está bien hecho, es verdaderamente insuperable. Nosotros les tenemos especial cariño, como habréis notado con nuestro exagerado elogio, y a pesar de eso sólo habíamos publicado una receta croquetil, esta de croquetas de calabacín que por cierto está de plena temporada. 

Así pues, después de mucho husmear en el blog de Vivi Martínez, Hoy cocina Vivi, que tiene docenas de buenas recetas, nos decidimos a robarle las croquetas estas tan buenas que hoy os presentamos. Una perfecta combinación de fiambre de pavo, nueces y curry. Nosotros sólo le hemos aumentado la cantidad de pavo, por lo demás la receta es igual a la robada. Para los despistados, estamos en la tercera edición de El Asalta Blogs, un divertido reto mensual que nos lleva a toda una horda de blogueros a saquear todos a la vez a uno de nosotros. Lo pasamos teta, se aprende un montón y se conoce gente estupenda. Todo gracias a su inventora y Alma Mater, Conchy del blog Gastroandalusí.

Vamos a ponernos, que tenemos para un rato, pero es fácil:

viernes, 23 de agosto de 2013

Bizcochos en cadena, especiados

Hace muchos años que existen las cartas en cadena. Había una que alguna vez llegó a casa, en la que tenías que enviar una peseta (sólo valían rubias) a quince personas diferentes con una carta igual a la recibida, avisando que si no hacías lo propio mil desgracias se abatirían sobre ti. Una cosa así te dejaba mal cuerpo para una semana, porque o bien sucumbías al "por si acaso" y fastidiabas a quince personas, o bien te quedabas con el runrún del "a ver si" hasta que pasados unos días veías que la desgracia no venía a por ti y respirabas tranquilo. Pues bien, eso se ha adaptado a las nuevas tecnologías en forma de mail, estado de facebook, mensaje de whassapp y todo aquello en lo que la tontuna humana pueda meter el hocico. Perezón, vamos.

Esta cadena de hoy, sin embargo, es mucho más simpática. Alguien te regala un vasito con un engrudo y una receta de cocina, se supone que es una porción de masa madre centenaria de un convento de Sevilla, el de las Carmelitas Descalzas, para hacer bizcochos celestiales que además dan suerte. A mi me pasó el vasito Mar, del blog amanoyamaquina, que os recomendamos visitar, y la verdad es que no pude resistirme a aceptarlo. Sin embargo, mi natural escéptico me hizo dudar enseguida. Y seguro que a vosotros también. Me diréis que esta masa madre no debe ser muy activa, dado que debemos ayudarla con levadura química, y tendréis razón, que tantos días de inactividad no hay fermento que los resista, y seguramente acertaréis, que las Carmelitas Descalzas de Sevilla se dedican a la encuadernación y a los bordados y no a la repostería (según su web en la que no se menciona su ya famosa masa madre). el caso es que huele a falso, de acuerdo, pero el proceso es divertido, y el resultado tiene un toque muy especial. Nosotros Nuestra conclusión (y conste que no hemos investigado a fondo) es que merece la pena hacerlo. Por si alguna vez os llega alguien con el vasito, aquí tenéis nuestra receta, cuya mayor innovación fue hacerla en moldes individuales y especiarla con gengibre, nuez moscada y vainilla.

lunes, 12 de agosto de 2013

Espinacas en su jugo



Este verano está siendo un buen verano, aunque hoy volvemos al (otro) trabajo y no podemos evitar un cierto halo de tristeza post-vacacional. Pero esta semana pasada hemos vivido importantes y alegres acontecimientos familiares (hemos dado la bienvenida a un nuevo miembro, que nos ha convertido en El Tio Pep al cuadrado) y hemos celebrado un curioso evento gastronómico (una comida del alto imperio romano muy bien documentada de la que os hablaremos un día de estos). Unos baños de Mediterráneo por aquí, unas cerves en buena compañía por allá, unos bailoteos en cierto festival, una barbacoa entre amigos algún domingo que otro...en fin, que ya paro, porque esto corre el riesgo de convertirse en "otro despreocupado y falsamente optimista anuncio veraniego de cerveza". Pero entre estas y otras cosas, el balance de lo que llevamos de verano no puede ser sino muy positivo.

Volvemos, pues, con energías renovadas en mitad del tórrido mes de agosto con esta receta sencilla y resultona, verdulera total, sana, sabrosa y más fácil imposible. Mejor no os la puedo vender. En esta época que lo último que apetece es meterse largas horas en la cocina, un plato que se hace en veinte minutos, y si compras las espinacas de bolsa ya limpias y troceadas, en quince. Estas espinacas, que podrían haber sido perfectamente acelgas, se llevan comiendo en mi casa de toda la vida, porque además son ideales para que los niños no renieguen de comer verduras. Y para los jóvenes adultos "despreocupados y falsamente optimistas" también son una buena opción de lunes, un contrapunto ideal para un finde de excesos, aunque os va a apetecer mojar toneladas de pan en ese jugo maravilloso que dejan. 

Bueno, ¿vamos al tema? 

miércoles, 31 de julio de 2013

Asalto de Julio: Twin Peaks Cherry Pie

Ya sabréis que nos encanta la tele. Esto ahora está muy bien decirlo, da como prestigio, siempre que circunscribamos nuestra afición a un puñado de productos de primera fila que han conformado lo que se ha dado en llamar "la edad de oro de la ficción televisiva". Antes no era así, salvo honrosas excepciones. Pues bien, hoy nos detenemos en una de esas excepciones. Todo este fenómeno que ha explotado ahora tuvo un antecedente muy claro allá por los primeros años noventa. Una chica aparecía muerta, envuelta en plástico, junto a un río, en una gélida mañana de algún lugar del noroeste de Estados Unidos. Sólo esa especie de resplandor que la envolvía, la música cadenciosa de Angelo Badalamenti, un par de escenas, alguien decía "she's Laura, Laura Palmer"...y ya sabías que eso era otra cosa, que estabas ante algo nuevo que iba a cambiar tu forma de ver las series. El invento se llamaba Twin Peaks y tenía la firma, claro, del visionario de lo raruno, el señor David Lynch.

Y ahí, en esa serie impresionante, había un café y en el café servían, en palabras del agente Cooper, del FBI, la mejor tarta de cerezas del mundo. Con todos estos antecedentes, y siendo de naturaleza tan teléfaga como somos, no es de extrañar que al ir a asaltar el blog de este mes, que se llama Con las zarpas en la masa (ya sabéis que participamos en el divetido reto "el asaltablogs"), nos enamoráramos a primera vista de una receta que se llamaba "Twin Peaks Cherry Pie". Nos fuimos corriendo a hacernos con un deshuesador y nos pusimos a ello. Son muchas las variantes de esta receta que hay por el mundo blogueril, pero debemos decir que esta en particular es una maravilla en cuanto al sabor del relleno y la textura de la masa, aunque manejarla puede convertirse en un infierno.  Os avisamos que a nosotros la masa se nos volvió ingobernable, muy quebradiza, y que al desmoldarla se nos quebró aún más, dejando un resultado no muy aparente, aunque pudimos salvar los muebles y hacer unas fotos más o menos dignas. Pero todo eso se olvida al primer bocado, porque no había probado algo mejor en mucho pero que mucho tiempo, y la opinión es unánime en todo aquel que la prueba. Así pues, merece la pena la tinta que se suda al intentar montarla y luego desmoldarla en condiciones. Nosotros hemos aumentado un poco las cantidades y tiempos porque nuestro molde es más grande, pero en esencia la receta es la misma que la original. ¿Queréis verla?

jueves, 25 de julio de 2013

Escabeche de pollo y nuestro primer vídeo


Estar de vacaciones y estrenar teléfono al mismo tiempo es algo que a alguien como yo le puede costar muchas horas de perder el tiempo toqueteando el nuevo aparatejo hasta sacarle todo, o casi todo, su jugo. Y claro, no íbamos a dejar en el olvido nuestras obras de arte, así que hoy inauguramos nueva sección en EL TIO PEP con nuestra primera vídeo receta. A ver qué os parece. Sí, ya sé que la calidad es pésima, que la iluminación es pobre, que se ven sombras por todos lados y algunas cosas más que os dejo descubrir a vosotros. Pero lo he pasado muy bien intentando colocar con algo de solidez el móvil en el armario alto de la cocina, con dos brochetas, grabando las piezas e intentando darles algo de coherencia en el montaje. Sed benévolos, que es el primero. Espero pasar, como en nuestra tierna infancia de la EGB, del Necesita Mejorar de ahora al Progresa Adecuadamente de futuras ediciones.

La receta es un refrescante escabeche de pollo, sacado del primer libro de Mikel López Iturriaga, que a su vez había publicado en Ondakin, el blog de El Comidista antes de ser El Comidista. Nosotros le hemos añadido la ensalada de melocotón como acompañamiento para rebajar el sabor a vinagre. Venga, vamos allá, empieza la sesión:  



viernes, 5 de julio de 2013

Magdalenas de almendra, cacao y girasol

Sería un poco pretencioso por nuestra parte decir que hemos encontrado la magdalena de chocolate definitiva, pero sí os diré que al menso es la definitiva de las que nosotros somos capaces de inventar basándonos en nuestro viejo conocido el bizcocho 1,2,3. En esta ocasión hemos mantenido la fórmula de medir los ingredientes con el envase del yogur, pero no es 1,2, 3, sino más bien 1, 2, 1,1,1'5.

Comprenderéis que este galimatías queda un poco raro como nombre de una receta, por mucho que nos hubiera gustado plantearlo como homenaje a la ópera prima de George Lucas. Así que lo nombraremos magdalena y lo apellidaremos con la lista de ingredientes. Vayamos por partes: el cacao en polvo (si es de una determinada marca de la vecina localidad de Villajoyosa mejor que mejor) se está conviertiendo en uno de mis ingredientes favoritos para chocolatear cualquier cosa repostera. Como está desengrasado y desazucarado es una bomba de sabor que apenas afecta, en mi opinión, a las proporciones de otros ingredientes como el azúcar o el aceite. De la almendra molida poco tenemos que decir, ya sabéis que nos encanta, la hemos puesto en dulce y en salado, y volverá a aparecer más veces. Hoy le da un toque estupendo a nuestras magdalenas. Y el aceite de girasol, al ser más suave, no se nota en el sabor, así que por una vez nos apeamos de la defensa a ultranza de la oliva. Y para rematar, confesamos este pecadillo añadiendo unas pipas que nos gustaron por su toque salado y crujiente. Vamos, que con todo este batiburrillo, nos salieron muy bien y fueron un gran éxito. Si fue talento o casualidad, lo dirán los siguientes intentos. Yo me inclino más por lo segundo. Ya os contaré.

domingo, 30 de junio de 2013

Tabulé fruto de un asalto


La vida definitivamente está hecha de casualidades, o bien podemos llamarlo destino, o bien es que Dios, como dijo Einstein, juega a los dados con el Universo. No es que hayamos vuelto a ver el principio de Magnolia, la fabulosa película de Paul Thomas Anderson, que también. En esta ocasión, lo que nos ha llevado a reflexionar en plan cuántico es una simple sémola de trigo. Os cuento: llevábamos tiempo queriendo preparar un tabulé, porque hay uno en particular que nos gusta mucho y queríamos imitarlo. Se trata del que hacen a veces para el menú del día del Pikadura café, en la Explanada de Alicante. No me preocupa hacerles publicidad porque son amiguetes, pero no me acababa de atrever a pedirles la receta, así que se fue quedando en la lista de pendientes y casi la había olvidado.

Pero un buen día de finales de primavera, una simpática bloguera granadina, Conchi, del blog Gastro andalusí, pensó dinamizar la red cocinillas del país con un reto llamado el asaltablogs, al que nos apuntamos sin dudarlo porque nos pareció una idea fantástica. Se trata de que todos asaltemos a la vez un blog, le robemos una receta y la publiquemos el mismo día, a la misma hora. ¿No es una idea brillante? Como EL TIO PEP está hecho de robos perpetrados con más o menos acierto, no podíamos resistirnos a participar. 

Mientras tanto, o mejor dicho unos meses antes, en la hermosa región de Murcia, un simpático bloguero llamado Raúl bajó un día a la tienda del señor árabe de su barrio a comprar cus cus y se volvió a casa con una receta de tabulé y unas mezclas de especias muy especiales. De la primera hizo un remix con sus primeras pretensiones, le salió buena y la publicó en su blog. El blog se llama Contigo en la playa, y es el blog que casualmente fue elegido por Conchi para ser el primer asaltado. Total, que mucho tiempo después yo he conseguido imitar e incluso superar mi tabulé favorito gracias a la cósmica unión de una bloguera granadina, un bloguero murciano y un señor árabe que a saber qué avatares habrá vivido hasta llegar a la huerta del Segura. ¿No es apasionante? Para que luego digan que el destino no existe, aunque sea escondido en un bol de ensalada.

Pues sí, aquí está el fruto de nuestro asalto, procedente de esta receta de Tabulé del blog de Raúl. Aparte de la presentación hecha con idea de ser originales, no tiene mayores cambios.Os recomiendo, eso sí, que os paséis por Contigo en la playa, porque todas sus recetas son fantásticas y muy sencillas, y el sitio es agradable de ver y de leer, con un toque vintage, como de película de Eric Rohmer (no sé si es casual la referencia a su film Pauline en la playa, pero yo lo meto por si cuela). También es una pasada el blog de la organizadora de todo este tinglado, Gastro Andalusí, a la que agradecemos desde aquí la dedicación y el currele que se ha pegado. 


viernes, 21 de junio de 2013

Escalivada AKA rostit

Hoy llega oficialmente el verano, ya estamos a las puertas de San Juan, la gente se ha tirado a las playas y encima vamos a tener luna llena. Para más inri, aquí en Alicante estamos en plena fiesta grande. Nuestras hogueras (a las que aprovecho para invitar a todos nuestros lectores) son un despliegue de luz, color, pólvora, ruido y fiesta que se vive en las calles. Así que, ya sea por reminiscencias licántropas (echadle un ojo al enlace, merece la pena como ejemplo de la creatividad alicantina, ya que estamos haciendo patria), o por las aglomeraciones en las mascletás o simplemente por el calor, la ropa ligera y la longitud de los días, estamos todos un poco más nerviosetes de lo normal, como con la temperatura de la piel un par de grados más elevada. Yo por lo menos estoy un pelín deshasosegado, como Iñaki en este ninot, perdonadme el detalle procaz.

Sea como sea, el cuerpo agradece estos días comida ligera y refrescante, fría y con pocas complicaciones. Y encima si se puede preparar con antelación y es transportable, pues mejor. Esta opción de hoy es perfecta para cenar en la playa antes de ponerse a saltar hogueras, y en Alicante para llevarla al racó (combina perfectamente con la coca amb tonyina, un must alicantino que os prometí pero con el que no acabo de atreverme). En mi casa se le ha llamado toda la vida rostit (literalmente "asado"), pero el nombre canónico debería ser escalivada, pues está claramente muy entroncado con esta preparación de raigambre catalana. El único secreto es vigilar el horno para conseguir ese punto de cocción ideal en el que las cebollas ya no están duras pero la berenjena no se ha chumascado. Los Josedavides que nos lean nos dirían que lo que hay que hacer es asar por separado cada cosa, y podéis hacerlo cuando tengáis mucha cantidad, pero a mi me gusta hacerlo todo a la vez para ahorrar tiempo, energía, y tener cada cosa con un puntito diferente de cocción le da un toque muy interesante. Bruto que es uno.


miércoles, 29 de mayo de 2013

Coca de tomates y espinacas


 "Me viene a la boca un sabor a coca". Esta frase, propia de un festero irredento en una mañana de resaca, fue pronunciada ayer, sin embargo, por Samantha Vallejo-Nájera en horario de máxima audiencia en la televisión pública de este país. Y es que en el programa número ocho de Master Chef España, emitido ayer día 28 de mayo, se nos adelantaron planteando como prueba de eliminación la preparación de una coca, según ellos una "coca catalana". El caso es que nosotros teníamos en reserva esta coca de masa "alicantina" y cobertura inventada, así que aprovechando la ocasión, pues aquí la tenéis. Os avisamos que si hubiéramos estado en la prueba de anoche seguramente hubiéramos sido los eliminados, porque a nosotros nos gusta que la masa sea algo gruesa y más esponjosa que crujiente. Además, le pusimos queso, cosa que la desvirtúa y la "pizzea". Para rematar pusimos demasiado pronto las espinacas y se quedaron un poco secas (pero ya os lo he rectificado en los tiempos de la receta). Aún así fue un éxito de crítica y público, porque también tiene sus aciertos: los piñones tostaditos y el caramelizado de los tomates cherry, por ejemplo. Y esos colorines tan vistosos. Y que se deje crecer la masa una vez estirada, cosa que le da aún más ligereza. 

La receta es la misma que la de nuestra coca de atún y cebolla, que salió de esta de mi hermano publicada por su mujer. Todo queda en casa.

viernes, 17 de mayo de 2013

Nocilla dream (tarta mousse de nocilla)


Todos (por lo menos todos los que éramos críos en los 80) tenemos en algún rinconcito del alma una rebanada de pan de molde, que entonces era simplemente bimbo, untada de nocilla, y una melodía sencilla pero resultona que es, en realidad, la primera receta de cocina que muchos aprendimos: ya sabéis: leche, cacao, avellanas y azúcar. Si alguien al leer esto no ha entonado mentalmente alargando la última aaaa, es que no tuvo infancia. Yo, la verdad, la nocilla no la veía más que en los cumpleaños, pero aún hoy perparamos unos cuantos sandwiches cada vez que nos juntamos los amigos para celebrar alguno, para regodearnos una vez más en nuestro patético peterpantismo. 

El poder de tótem generacional de esta marca que no debería citar tanto (porque no me pagan) queda claro en el hecho de que haya dado nombre hasta a una corriente literaria. Agustín Fernández Mallo escribió una trilogía con el nombre en el título (nocilla dream, nocilla experience y nocilla lab se llamaban los libros) y de ahí se empezó a denominar "Generación nocilla" a un grupo de escritores de más o menos la misma edad.

Hecho el apunte gafapastoso del día, vamos a lo que vamos. A una tarta de mousse de nocilla que está riquísima y no necesita horno, se hace muy fácil si sabes el truqui para montar nata y claras de huevo, que os explicábamos aquí, y si tienes la precaución de servirla muy fría, casi helada. Sea como homenaje a nuestra infancia o a la trilogía de Fernández Mallo (no en vano también es una trilogía de base, mousse y cobertura) el caso es que está buenísima y es un triunfo asegurado. La receta salió de esta del blog Bocados de cielo, aunque nosotros hemos cambiado la base de bizcocho por una de galletas y ellos cometieron el sacrilegio de llamarla "mousse de nutella", polémica en la que no vamos a entrar.