viernes, 25 de enero de 2013

Tarta de manzana




Hoy vamos a empezar con el enunciado de una verdad de perogrullo: La tarta de manzana es una tarta de manzana. Esta obviedad no es tan evidente como parece, pues por el mundo te encuentras de todo. Hay que recordar que no es una tarta de galleta, ni de natillas, ni de gelatina. No, amiguitos, es una tarta de manzana, y como tal es esta fruta la que tiene (o debería tener) todo el protagonismo. La base es justo del grosor necesario para que se pueda transportar de la fuente al plato. La natilla tiene el espesor justo para que las manzanas descansen y no se muevan. Por encima no lleva ningún engendro gelatínico, sino unas gotas de su propio almíbar, lo justo para que no se seque demasiado. Y ya está. Pues esto tan fácil me ha costado a mi un montón de intentos infructuosos en casa. Todo porque mi molde desmontable es demasiado alto y me empeñaba en llenarlo hasta arriba. La tarta, por supuesto, y como saben los que han tenido el dudoso honor de probarla, estaba cruda. La solución no era más tiempo de horno, ni masa más seca, ni manzanas cortadas más finamente. Era tan sencilla como hacerla de menor grosor. Hay que ser cenutrio. 

Y eso que llevo viendo esta tarta desde que era pequeño. Su origen en mi casa, anterior a mi llegada al mundo, allá por los primeros setenta, tiene tintes de relevo generacional, casi con un punto de rebeldía. Era la respuesta a la férrea disciplina de las abuelas enlutadas de pañuelo en la cabeza (con sus espartanas tortas de almendra), por parte de unas muchachas minifalderas que iban en seiscientos (y que impactaban a las amistades con cosas como esta en las reuniones del Tupperware). Cosas de la vida, ahora la modernez de esta tarta se nos antoja un poco anticuada, con su flan de sobre y su margarina. Al menos por lo que a mi respecta,  vuelvo la mirada hacia los orígenes y no cambiaba una buena torta de almendra por ningún otro dulce. Será que los tiempos vienen tristones, oscuros y austeros; y será por eso que de alguna manera nos identificamos con cierta iconografía de posguerra. Pero eso no quita para que esta tarta de manzana sea una auténtica maravilla. Porque está buenísima, qué narices. Para triunfar con ella basta con  prestar un poco de atención a la variedad de manzana para que no sean  muy ácidas. Y que sea fina, claro ¿Veis que fácil?


¿Preparados para viajar a los setenta? Pues vamos allá

Ingredientes:
 
Para la masa:

125 gr. margarina
25 ml de aceite
25 ml de agua
500 gr de harina

Para la natilla:

1 vaso y medio de leche
1 sobre de preparado para flan

Para la verdadera protagonista:

1 kg o algo más de manzanas de una variedad roja y dulce.
1 vaso y medio de agua
1 vaso y medio de azúcar

Preparación:

1. Pon música, enciende el horno a 180º y pon al fuego en un cazo los vasos de agua y azúcar.
2. Pela, descorazona y trocea las manzanas en gajos finos.
3. Cuando se diluya el azúcar, aparta el almíbar resultante del fuego e introduce los gajos de manzana. Reserva.
4. Vamos con la masa: Funde la mantequilla en un cazo. Incopórala a un bol junto con la pequeña cantidad de aceite y agua. Ve incorporando harina hasta obtener una bola consistente, algo elástica y fácil de moldear. Vendrá a ser un poco menos de medio kilo de harina.
5. Extiende la masa en la base del molde, dejándola bastante fina y con un reborde no muy alto.
6. Prepara las natillas. Pon un vaso de leche a calentar. En el otro medio vaso de leche, disuelve el contenido del sobre de preparado. Cuando la leche esté caliente, incorpóralo. Remueve hasta que espese.
8. Echa las natillas de 6 sobre la base de 5, formando una fina capa.
9. Coloca ls manzanas (bastante juntas, que perderán volumen) formando bonitos círculos. Riega con unas cucharadas del almíbar.
10. Hornea una hora aproximadamente, vigilando la temperatura para que no se churrasque y regándola con un poco de almíbar un par de veces durante el proceso. Enfría, desmolda y disfruta.





7 comentarios:

  1. Las tartas de manzana son, como dijo el comediógrafo latino Terencio: "Tot homines, quot sententiae" o dicho en Español: tantos hombres como opiniones.
    Y es que este postre tan de nuestra infancia tiene tantas variantes que abruma; y siendo fieles a la base de manzana, como dice nuestro Maestro Bloguero.
    Él ya ha probado mi tarta de manzana en varias ocasiones y mi receta tiene esta fruta como ingrediente principal. Y las tartas de manzana americanas, por ejemplo, en sus dos variantes destapada (tipo restaurante Foster's) o tapada (tipo película American pie) ya muestran las infinitas posibilidades.

    Probaré esta receta.

    ResponderEliminar
  2. Buena pinta, buen color... mejor sabrá!
    Un saludo.

    meryprouscakes.blogspot.com.es

    ResponderEliminar
  3. Efectivamente, Rubén, me quedo con la cita, pero no sólo para la tarta, sino como lema para este blog. Me gustaría que las recetas fueran tomadas como indicaciones generales, como base para innovar y dar un toque personal. Por lo menos eso es lo que yo hago con las recetas de otros!

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por pasarte por aquí, Meryprous, y gracias por el voto de confianza :D

    Me apunto tu sitio para pasarme a cotillear!

    ResponderEliminar
  5. ¡Qué deliciosidad! La haré, la haré seguro.

    ResponderEliminar
  6. Pues ya nos contarás qué tal...Gracias por pasarte!

    ResponderEliminar
  7. También conocía esta formula:P me gustan mucho las dos... no sabría con cual quedarme!

    Un saludo @caprichosDjorge

    ResponderEliminar